- 10 de diciembre de 2024
Norma Piña, señaló que solo el tiempo permitirá valorar los cambios al Poder Judicial, una reforma que plantea riesgos y promesas para el sistema democrático de México.
En el marco de su segundo y último informe anual de labores, Norma Lucía Piña Hernández, ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), expresó su preocupación ante los cambios constitucionales que establecen la elección por voto directo de ministros, magistrados y jueces. Para Piña, la reforma, vigente desde septiembre, será evaluada con justicia solo cuando sus efectos sean visibles con el paso de los años.
"Quiero creer, y lo deseo profundamente por el bien de mi país, que el grito de ´sí se pudo´ que algunos proclaman no se quede en palabras, sino que sea respaldado por un sistema que realmente funcione mejor para garantizar los derechos de todos los mexicanos", afirmó.
La reforma: una promesa y un desafío
Piña enfatizó que la reforma judicial no debería ser vista como una confrontación entre vencedores y vencidos. En cambio, insistió en que su éxito o fracaso dependerá de su capacidad para construir un sistema más robusto que fortalezca los derechos humanos, la regularidad constitucional y los contrapesos necesarios entre los poderes del Estado.
"Espero sinceramente que esta reforma no tenga como propósito destruir lo que hemos construido, sino edificar un sistema que verdaderamente proteja a la sociedad. Sólo el tiempo permitirá evaluar si se han cumplido estas expectativas", subrayó.
Los cambios introducidos por la reforma judicial han generado polémica, especialmente por la elección directa y secreta de jueces y magistrados, un proceso inédito que se estrenará el 1 de junio de 2025. Piña, quien decidió no buscar la reelección bajo el nuevo esquema, alertó sobre los riesgos que podrían surgir al eliminar la independencia del Poder Judicial frente a influencias externas.
Defender los derechos humanos frente al poder
Durante su intervención, la ministra presidenta advirtió sobre los peligros de un poder sin límites. "Los derechos humanos están en constante peligro cuando no existe un contrapeso eficaz que pueda contener y controlar el poder. Esa es precisamente la función esencial de un Poder Judicial independiente", señaló.
Además, Piña citó al poeta Renato Leduc para subrayar la importancia del tiempo en este proceso. "Como decía Leduc, necesitamos ´la sabia virtud de conocer el tiempo´ para poder evaluar con justicia los alcances de esta reforma", expresó.
Una transición bajo la lupa
El informe de Piña tuvo lugar en una sesión solemne conjunta entre los plenos de la SCJN y el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), donde también se destacó la ausencia de representantes del Poder Legislativo. César Yáñez Centeno, subsecretario de Gobernación, acudió en representación de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La actual presidenta de la SCJN culminará su periodo, junto con el de otros nueve ministros en funciones, el próximo 31 de agosto. Este contexto marca un punto de inflexión para el Poder Judicial en México, cuya autonomía será puesta a prueba con la implementación de la reforma.
El debate sobre la independencia judicial
La reforma, que ha sido defendida como un intento de democratizar la justicia, también ha sido duramente criticada por sectores que temen un debilitamiento de la independencia judicial. Para muchos analistas, la elección popular de jueces podría abrir la puerta a influencias políticas que amenacen los principios de imparcialidad y justicia que debe garantizar el Poder Judicial.
Piña no ocultó sus reservas frente a esta transformación, aunque también expresó su deseo de que los cambios resulten beneficiosos para el país. "Confío en que el propósito de esta reforma sea genuino, pero no podemos ignorar los riesgos inherentes al cambio. Por eso, la evaluación no puede ser inmediata; será el tiempo quien dicte su verdadero impacto", concluyó.
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