Tren Maya: ¿ecocidio, 'horror ambiental' o progreso? Lo que dicen las críticas internacionales

El Tren Maya, uno de los proyectos insignia del gobierno mexicano, ha desatado críticas a nivel internacional. Lo que para algunos representa un avance en la infraestructura turística del país, para otros se ha convertido en un símbolo de destrucción ambiental. Un reciente reportaje de la televisora alemana n-tv ha reanudado el debate, describiendo la obra como un "horror ambiental" que amenaza con devastar los ecosistemas de la región.

Un debate polarizante en torno al Tren Maya

El Tren Maya, anunciado como una solución para impulsar el turismo y el desarrollo económico en el sureste de México, ha sido objeto de polémica desde su concepción. Mientras el gobierno federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo promueve como un proyecto de gran prestigio, críticos dentro y fuera de México lo acusan de ignorar graves consecuencias ambientales.

El más reciente ataque a este proyecto es de la cadena alemana N-tv, conocida por su enfoque en noticias, la cual dedicó un extenso reportaje de los efectos negativos del Tren Maya en la selva mexicana. Bajo el título "El nuevo tren de la selva de México se está convirtiendo en un horror ambiental", expone cómo la infraestructura está ejerciendo presión insostenible sobre la vida silvestre, contaminando fuentes de agua.

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El recorrido del Tren Maya: vacío y desolado

El reportaje de N-tv comienza con un recorrido en uno de los tramos ya operativos del Tren Maya, partiendo desde la turística ciudad de Cancún. Sin embargo, lo que debería ser un vibrante transporte turístico se muestra desolado: pocos pasajeros a bordo y una panorámica dominada por árboles que se extienden hasta donde alcanza la vista. El periodista comenta que el paisaje es monótono, con pocas paradas.

La televisora alemana subraya el altísimo costo del proyecto, estimado en 24 mil millones de euros, y contrasta este gasto con la aparente falta de interés por parte de los turistas, quienes aún prefieren otros medios de transporte más accesibles para llegar a los destinos más populares, como Tulum.

El impacto en los ecosistemas

N-tv destaca el daño ambiental que la construcción del Tren ya ha causado en la región. La cadena entrevistó al activista medioambiental Guillermo de Christy, quien ha sido una voz crítica del proyecto y quien compartió el reportaje en su cuenta de X, mostró a la cadena los estragos que la obra ha provocado en los sistemas de cuevas subterráneas y cenotes, formaciones naturales de inmenso valor ecológico y cultural.

El reportaje incluye imágenes polémicas de pilotes que sostienen parte del tren, perforando profundamente el suelo para atravesar las cuevas. Según de Christy, estas intervenciones han contaminado el agua con residuos de diésel y cemento, afectando gravemente a la fauna que depende de estas fuentes de agua, incluyendo peces, tortugas, jaguares, pumas y otros animales emblemáticos de la región.

Daños irreparables: Una cadena de consecuencias

Según el reportaje, el proyecto ha sido construido sobre un sistema de cuevas y cenotes, sin considerar adecuadamente la fragilidad de estos ecosistemas. La cadena denuncia que se han talado millones de árboles para abrir paso al tren, lo que ha reducido el hábitat de especies en peligro de extinción. Imágenes de pumas y jaguares muertos, supuestamente atropellados tras huir asustados por el ruido de la maquinaria.

El reportaje también menciona la falta de planificación ambiental y la ausencia de estudios de impacto previos a la construcción, lo que ha intensificado la preocupación entre conservacionistas y organizaciones internacionales. A pesar de estos daños evidentes, la administración de López Obrador ha defendido con firmeza el proyecto, calificándolo como vital para el desarrollo de la región.

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El decreto presidencial: Silencio ante las críticas

En un intento por avanzar con el proyecto sin interrupciones, el presidente López Obrador emitió un decreto que declara al Tren Maya como un asunto de "interés para la seguridad nacional". Este movimiento ha bloqueado cualquier intento legal de frenar las obras, a pesar de que un tribunal regional ordenó la suspensión temporal del proyecto debido a preocupaciones ambientales.

El reportaje de N-tv, filmado en parte de manera clandestina, muestra cómo la construcción continúa a pesar de estas órdenes judiciales. Esto ha generado críticas no solo por el daño ambiental, sino también por la aparente impunidad con la que se lleva a cabo la obra, ignorando las voces de los activistas y de la comunidad internacional.

Una obra desconectada de su propósito

Según el reportaje, el tramo que se pretende inaugurar antes del fin del mandato de López Obrador está lejos de destinos turísticos clave como Tulum, lo que reduce su potencial de atraer a los visitantes que se esperaba movilizar. Turistas entrevistados mencionaron que prefieren utilizar autobuses o taxis para llegar a sus destinos, ya que la ubicación de las paradas del tren no es conveniente.

Con el reportaje de n-tv, ya suman 20 los medios internacionales que han abordado la polémica según la activista Gemma Santana. Otros medios, como el diario francés Le Monde, también han señalado la destrucción que el proyecto ha causado en la selva mexicana. Estas críticas reflejan una creciente preocupación global por los impactos ambientales de grandes proyectos de infraestructura, que a menudo sacrifican la sostenibilidad por el desarrollo económico.

¿Progreso o destrucción? El dilema del Tren Maya

La controversia en torno al Tren Maya pone de manifiesto un dilema que enfrenta no solo México, sino muchas naciones en desarrollo: cómo equilibrar el progreso económico con la conservación del medio ambiente. Mientras el gobierno mexicano defiende el proyecto como un motor de crecimiento para una región históricamente marginada, las imágenes de devastación ambiental y la destrucción de hábitats naturales cuestionan la sostenibilidad de este tipo de desarrollos.

La resistencia de los activistas y la cobertura mediática internacional han dejado claro que el Tren no solo es un tema de infraestructura, sino también de derechos ambientales y de respeto a las comunidades locales. La presión continúa aumentando, y con ella, las expectativas de que el gobierno mexicano responda de manera más transparente y responsable a las preocupaciones que han surgido en torno a este ambicioso proyecto.

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