Afuera del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, Rosibel Arraiza y René Olivares, madre y hermano de Victoria Salazar, exigieron que se les haga justicia, luego de que su familiar fuera asesinada por efectivos de la policía de Tulum, Quintana Roo, el sábado 27 de marzo.
Notoriamente afectada, Rosibel Arraiza solicitó a las autoridades salvadoreñas y mexicanas que sancionen a los responsables del homicidio de su hija, a quien asegura que la degradaron al tratarla como a un "animal".
"Le quebraron el cuello y un montón de costillas (...) Ya la habían sometido, no había necesidad de hacerle eso a mi hija", reclamó Rosibel, quien también confesó que su hija había huido de El Salvador a causa de la situación de violencia que también se vive en la nación centroamericana.
"Como madre no sabría decir cuáles fueron las causales que llevaron a ese atropello contra mi hija", declaró la mujer quien acudió al Ministerio de Relaciones Exteriores, en la capital San Salvador, para solicitar la ayuda de las autoridades y viajar a México.
De acuerdo con lo dicho por Rosibel, las hijas de Victoria (de 14 y 16 años, respectivamente) se encuentran en Quintana Roo, sitio donde su hija fue sometida y asfixiada hasta la muerte. Según el sitio oficial de la Cancillería salvadoreña, se les comunicó cómo será el proceso de repatriación de las menores y los restos de Victoria.
"¡Queremos que se haga justicia!", fue la proclama de René Olivares, hermano de Victoria, quien acompañó a su madre a las oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores. declaró que los policías cometieron un abuso de poder.
Durante la noche del domingo, Nayib Bukele, presidente de El Salvador, aseguró que se encargarán de la manutención de las hijas de Victoria Salazar, pero exigió que sobre los responsables (una mujer policía y tres oficiales) caiga "todo el peso de la ley".
