Integrantes de la extrema derecha, entre los que figuraron partidarios de Donald Trump y del colectivo Q Anon, tomaron el Capitolio de Washington D.C., el pasado 6 de enero, en un intento de frenar la declaración de victoria del demócrata Joe Biden, quien es el presidente electo de los Estados Unidos.
Los inconformes no sólo invadieron el pleno del Capitolio, sino que también las oficinas de los representantes -como Nancy Pelosi- y sustrajeron objetos. Más de 120 personas han sido detenidas por estos altercados que acabaron con una extraordinaria declaración de toque de queda en la capital de los EU.
Antes de que le suspendieran definitivamente su cuenta de Twitter, el todavía presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, encendió aún más los ánimos de la turba, tras declarar que le habían robado la elección de noviembre de 2020.
Melania Trump, esposa del magnate y aún Primera Dama de los Estados Unidos, fijó su postura a cinco días de los acontecimientos. Reprobó la violencia de los partidarios de Trump, pues declaró que estas actitudes "nunca son una opción".
Sumado a esto, la exmodelo afirmó que Estados Unidos debe sanar sus diferencias "de forma civilizada" y que las cosas siempre se deben ver desde "diferentes perspectivas".
Contrario a esta conciliadora actitud, Donald Trump aseguró que no acudirá a la toma de protesta de Joe Biden, pactada para el próximo 20 de enero.