En tiempos de desempleo, cualquier oportunidad es buena. Al menos así lo pensó Sebastián, un joven que decidió emprender en el mundo de las pruebas COVID-19 tras perder su trabajo como albañil.
Pero no es como lo imaginas, el joven pensó que sería una buena opción cobrar a las personas mientras él guardaba sus lugares en las filas para realizarse pruebas de antígenos.
La idea inició siendo una broma entre Sebastián y su tío, quien comenzó a tener síntomas de COVID pero las largas filas representaban un problema para él.
"Un día fuimos a hisoparnos con mi tío porque tenía síntomas y ahí entre chiste y chiste salió la idea de cobrar por hacer fila".
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Fue así como el joven decidió anunciarse a través de redes sociales y poco a poco comenzó a tener clientes y a hacer filas en centros de pruebas de Argentina.
"Cobro 160 pesos por hacer fila, hay veces que se avanza rápido y puedo hacer dos o tres personas, pero otras veces sólo logro hacerle a una sola persona la fila".
Sebastián afirmó que no se avergüenza de su idea, pues dijo que es "peor robar". "Lo mío es un trabajo", expresó, pues aseguró que sin él no tendría para comer.
"Los días de mucho calor se hizo difícil hacer la fila, pero antes que no tener trabajo prefiero aguantar. Esos días, me llevaba agua fresca o compraba una gaseosa y hacía la fila. Peor es no tener trabajo", sentenció.