- 20 de diciembre de 2024
Un encuentro ansiado y una triste despedida marca el último deseo de un niño de 5 años que luchaba contra el cáncer.
Hace unos años una historia conmovió a todos en la navidad de 2016, un hombre llamado Eric Schmitt-Matzen se enfrentó a uno de los momentos más difíciles y conmovedores de su carrera como "Santa Claus profesional". Lo que comenzó como una simple visita para hacerle realidad el último deseo de un niño, terminó en un desgarrador adiós, donde el amor y la esperanza se entrelazaron en un abrazo final que quedó grabado para siempre en la memoria de los involucrados.
Recientemente y por las fechas decembrinas, esta historia se viralizó una vez más en redes sociales, claramente tocando la fibra más sensible de los usuarios, mostrando que un pequeño detalle antes de partir puede marcar la diferencia y alegrar un corazón pequeño.
Eric, un hombre de 68 años, ha representado a Santa Claus más de 80 veces al año. Desde hace años, se dedica a llevar la magia navideña a los hogares y hospitales, siempre con una sonrisa y el ánimo de hacer sonreír a los más pequeños. Pero, como él mismo relata, nada lo había preparado para lo que iba a vivir ese diciembre del 2016.
La historia comenzó cuando Eric recibió un llamado urgente para cumplir el último deseo de un niño de 5 años que estaba luchando contra el cáncer. El pequeño, quien se encontraba en una sala del hospital, pidió como último deseo conocer a Papá Noel. Para Eric, que estaba acostumbrado a este tipo de solicitudes, parecía una misión más en su agenda. Sin embargo, lo que no sabía es que esta visita cambiaría su vida de manera profunda.
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El niño que solo quería saber cómo llegar al cielo
Cuando Eric llegó a la habitación del hospital, el ambiente era muy diferente al de otras visitas que había hecho. El niño, a pesar de su corta edad, se veía débil, como si estuviera preparado para partir. Sin embargo, al ver a Papá Noel entrar en la habitación, su rostro se iluminó, y con una sonrisa, le hizo una de las preguntas más profundas que alguien podría hacer.
"Dicen que voy a morir... ¿Cómo sabré a dónde voy cuando llegue?", preguntó el niño con una mirada cargada de curiosidad, mientras miraba al hombre de rojo que tanto esperaba.
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Era una pregunta difícil de responder, sobre todo cuando el niño era tan joven y ya estaba enfrentando una enfermedad tan cruel. Pero, como Santa Claus, Eric no dudó en responder con un mensaje de esperanza, recordando la magia de su rol y la importancia de la bondad en estos momentos tan delicados.
"Cuando llegues, diles que eres el duende número uno de Santa Claus y vas a entrar de inmediato", le dijo Eric al niño, abrazándolo con la ternura que solo Papá Noel puede transmitir.
Tras entregar un juguete y ver cómo el niño lo abría con mucho esfuerzo, Eric sonrió al ver que, a pesar de su dolor, el niño se animaba y le entregaba un abrazo lleno de afecto. Era una escena que reflejaba la pureza de un niño que solo quería sentir la calidez de la Navidad en sus últimos momentos.
Mientras tanto, Eric le aseguró que sería siempre su duende favorito, algo que hizo que el niño se sintiera especial y amado. A pesar de lo difícil de la situación, el niño finalmente se sentó, rodeó a Eric con sus brazos y le dio un abrazo lleno de cariño. Fue un momento mágico para ambos, un instante en el que las palabras no fueron necesarias.
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Un adiós que dejó huella
Pocos segundos después de ese abrazo, el niño, pacíficamente, murió en los brazos de Eric. El Santa Claus profesional, quien había llevado alegría a incontables hogares y hospitales, experimentó la tristeza y la paz al mismo tiempo, sintiendo la responsabilidad de haber cumplido el último deseo de aquel niño, pero también con el dolor dever partir a un ser tan inocente.
Este hecho dejó una marca imborrable en el corazón de Eric. Desde ese día, su compromiso con hacer sonreír a los niños y llevarles la alegría de la Navidad se intensificó. A través de sus visitas como Santa Claus, Eric prometió seguir llevando esperanza, como lo hizo con ese niño, sin importar lo que enfrentara.
Después de la muerte del niño, Eric compartió la conmovedora historia con el mundo, reflexionando sobre lo que aquel encuentro significaba para él. En una entrevista grabada en 2016, expresó su gratitud por haber sido parte de los últimos momentos de ese pequeño, y prometió darles la misma esperanza y amor a todos los niños que pudieran necesitarlo.
Su mensaje de esperanza, humildad y amor fue algo que tocó la fibra de muchos, haciendo que su trabajo como Santa Claus adquiriera una dimensión mucho más profunda. Para Eric, cada encuentro con los niños se volvió una oportunidad para hacer una diferencia en sus vidas, ya sea para brindarles una sonrisa, un juguete o un mensaje de esperanza.
Eric Schmitt-Matzen no es solo un hombre disfrazado de Santa Claus, es alguien que lleva consigo una misión mucho más grande: transmitir paz y consuelo, especialmente a aquellos niños que enfrentan situaciones extremas. A través de su trabajo, Eric se ha convertido en un símbolo de esperanza, mostrando que, aunque las situaciones más difíciles puedan arrebatar vidas, la alegría y el amor pueden seguir existiendo en los corazones de quienes no dejan de creer en la magia.
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