La investigadora postdoctoral Mélani Berrocal Casero, del Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá y miembro del citado grupo coordinado por el profesor Fernando Barroso Barcenilla, ha explicado en el portal de la UAH que las huellas, clasificadas como aff. Dikoposichnus, corresponden al rastro subacuático de uno de estos tetrápodos nadadores, estos tenían cierta flotabilidad en el agua y usaban sólo sus patas delanteras a modo de remos para impulsarse sobre el fondo marino y desplazarse hacia adelante.
Se menciona que las huellas en el municipio español de Tamajón, provincia de Guadalajara tienen gran diferencia de las asiáticas encontradas hace unas semanas, contienen marcas de natación, con impresiones de uñas asociadas, y detrás de cada huella hay una elevación en la roca, que corresponde con la elevación de sedimento que produjeron las patas delanteras de este animal tocando el fondo e impulsarse.
Datos que no se tenían contemplados y que absolutamente son un gran descubrimiento para la investigación sobre estos increíbles seres, dando inicio a un nuevo capítulo en la provincia de Guadalajara. Tras 240 millones de años de silencio, las huellas de un notosaurio, un antiguo reptil que vagó por estas tierras prehistóricas, han emergido para contarnos parte de su historia.
¿Cómo era un notosaurio?
Los notosaurios eran unos reptiles marinos que habitaban los mares del Triásico, pertenecientes al superorden Sauropterygia (como los más conocidos plesiosaurios), tenían un cuello largo, una cola alargada y podían desplazarse nadando por el agua.
Aunque se sabía que los sauropterigios fueron abundantes en los mares del pasado, encontrar algunas de sus huellas es realmente raro, por lo que este hallazgo se destaca.
De esta manera, España se convierte en el segundo país del mundo en el que se han registrado huellas subacuáticas de sauropterigios del Triásico pues, hasta este descubrimiento, sólo se conocían en dos yacimientos situados en el suroeste de China.
Cuando los científicos descifran los secretos que estas huellas guardan, nos animan a contemplar la inmensa historia de la vida en nuestro planeta y reflexionar sobre que los humanos no son los únicos seres vivos en el planeta Tierra.
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