"Eran amigables": una anciana israelí secuestrada por Hamás sorprende al mundo y manda un mensaje de paz a sus captores

Yocheved Lifshitz, una ciudadana israelí de 85 años liberada por el grupo islamista Hamás, ha compartido su experiencia de secuestro en la Franja de Gaza. A pesar de haber sido golpeada durante el secuestro, Lifshitz afirmó que sus captores la trataron con amabilidad durante su cautiverio, que duró más de dos semanas.

Lifshitz relató su experiencia a los periodistas en el hospital de Tel Aviv, un día después de su liberación. "Los tipos me golpearon en el camino, no me quebraron las costillas pero me lastimaron y tuve dificultades para respirar", dijo. A pesar de este incidente, Lifshitz destacó que "nos trataron bien" durante su cautiverio. Explicó que un médico visitaba a los rehenes cada dos o tres días y les proporcionaba medicamentos cuando era necesario.

La octogenaria residente del kibutz Nir Oz, una comunidad israelí cercana a la Franja de Gaza, se encontraba en su hogar cuando combatientes de Hamás llevaron a cabo un ataque el 7 de octubre. Su esposo, también octogenario, sigue siendo uno de los más de 200 rehenes que aún se encuentran en Gaza.

Al ser consultada sobre por qué le dio la mano a uno de los combatientes al ser liberada, Lifshitz respondió: "Fueron amables con nosotros y cuidaron de nuestras necesidades". Describió a sus captores como "muy amigables" y personas "muy corteses" que parecían haberse organizado anticipadamente para llevar a cabo el secuestro. "Parecían estar listos para esto, lo prepararon mucho tiempo, tenían todo lo que hombres y mujeres necesitan, incluso champú", señaló a los periodistas.

En cuanto a las condiciones de su cautiverio, Lifshitz compartió detalles sobre la comida que se les proporcionaba. "Comíamos lo mismo que ellos, pita con queso crema, queso derretido, pepinos. Esa era la comida para todo el día", comentó.

La liberación de Yocheved Lifshitz se produjo junto a la de Nurit Cooper, de 79 años, también vecina de Nir Oz, tres días después de la liberación de dos mujeres estadounidenses.

La experiencia de Lifshitz ofrece una perspectiva única sobre su secuestro y el trato que recibió por parte de sus captores de Hamás. La comunidad internacional continúa observando de cerca la situación en la región mientras se esfuerza por promover la paz en Oriente Medio.

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