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Joven vende sus óvulos para poder pagar su universidad y junta 50 mil dólares

Una mujer de 28 años, originaria de Estados Unidos, logra pagar la costosa deuda de su universidad recurriendo a una solución polémica: vender 5 veces sus óvulos para fecundación in vitro.

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Créditos: Flickr

Kassandra Jones es una mujer estadounidense que tenía un sueño: poseer el título de una Maestría en Salud Pública y así poder asegurarse un mejor currículum para tener un buen trabajo. Sin embargo, había un fuerte obstáculo que se lo impedía: el dinero.

Es sabido que a nivel global la educación es cada vez más cara, en particular en las escuelas privadas. De acuerdo a una estadística del Centro de Protección de Prestatarios Estudiantiles, en 2021 la deuda por los préstamos estudiantiles en Estados Unidos era de a 1.8 billones de dólares. Esto revela la gran presión que existe sobre los estudiantes por el hecho de tener que cubrir las matrículas y las mensualidades, además de tener un buen rendimiento.

Kassandra, al igual que muchos estudiantes en el mundo, no poseía el privilegio de contar con parientes ricos, ni con la suerte de poseer uno de los escasos apoyos del gobierno. Ella debía de pagar un total de 25 mil dólares de deuda a la New York University por una carrera que ya había cursado exitosamente, y ni con 3 empleos le fue posible juntar este dinero, además de que esto le resultaba agotador y la dejaba sin tiempo. 

Foto: Especial

El último recurso que se le ocurrió a la joven para conseguir el dinero fue radical para la mirada de algunos, pero le funcionó perfectamente: Kassandra decidió vender sus óvulos para una institución dedicada a la fecundación In Vitro. El dinero conseguido por vender sus óvulos, utilizados para que parejas infértiles u homoparentales lograran tener hijos, le logró reunir 50 mil dólares. Sin embargo, también implicó dolor y riesgos:

“Todo el proceso en sí requirió mucho trabajo. Tuve que aprender a ponerme inyecciones (…) Había mucha presión e hinchazón en la parte inferior de mi abdomen, dolor por calambres que me dificultaba caminar, pararme, sentarme o reír”, narró la mujer de 28 años.

Foto: Flickr

A pesar de que Kassandra recibió criticas de parte de su círculo y en redes sociales, ella explica que su decisión está motivada por factores que van más allá de su propia elección y comodidad:

“La gente de mi edad lo entiende. Comprenden completamente la situación y están igualmente enojados por cómo nuestro sistema educativo y el gobierno nos han fallado. Las generaciones mayores no tienen idea de cómo se siente esto con las nuevas circunstancias que tenemos que soportar”.

Kasandra enfatiza que su proceso para llegar a esta decisión fue abrumador y desesperante. Consciente de los riesgos en su propia salud.
 

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