Aunque para algunos establecimientos el cliente siempre es primero, el dueño de un restaurante ha ganado popularidad en redes sociales por priorizar a sus empleados, antes que las ganancias, y vetar de su local a unos clientes que fueron irrespetuosos con la mesera que los atendió.
Se trata de Lee Skeet, chef y propietario del restaurante Cora, ubicado en Cardiff, en Reino Unido, quien se hizo viral en redes sociales tras publicar unas capturas de pantalla del correo que le envió a un grupo de clientes para avisarles que tenían prohibido el acceso a su local por haber tratado mal a una de sus empleadas.
"No estoy buscando likes. Solo creo que deberíamos empezar a denunciar a las personas ricas que creen que pueden tratar a las personas como basura", escribió el chef junto a las capturas del correo.
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En el mensaje se puede leer que el chef les explicó que aunque habían sido los clientes que más habían consumido en la historia de su restaurante, no quería volverlos a ver ahí por tratar mal a su empleada y les pidió sus datos bancarios para devolverles las mil libras que pagaron en el lugar.
“Quiero agradecerles por venir a mi restaurante hoy y entiendo que son la mesa que más ha consumido en nuestra historia (...) Pero Lily, quien tiene 22 años, me contó que los miembros de su grupo la insultaron, le faltaron el respeto y la tocaron sin querer (...) Les agradecería que no vuelvan nunca a mi restaurante. Lily vale mucho más para mí que su dinero”, se puede leer en el correo.
Después el dueño del restaurante rectificó su decisión y publicó en sus redes sociales que ya lo había pensado mejor y no les iba a regresar lo de su consumo a los clientes, pues le iba a transferir ese dinero a la mesera ya que no le habían dejado propina.
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Firma de abogados investiga a sus trabajadores
Luego de que el caso se hiciera viral, la mesera identificada como Lily Griffith declaró al medio Wales Online que los clientes la humillaron por el trabajo que ama hacer, la menospreciaron por tener un salario bajo con comentarios como que tendría que trabajar siete noches a la semana para ganar un salario digno y luego uno de ellos la agarró agresivamente del brazo.
Además, se dio a conocer que los clientes pertenecían a una reconocida firma de abogados y la compañía inició una investigación sobre el comportamiento que tuvieron sus empleados al asistir a una cena en el restaurante.