La joven modelo Rosie Viva, de 22 años, activó la alarma de evacuación de pasajeros en el aeropuerto de Stansted, en Londres, descubriendo así su diagnóstico de trastorno bipolar. La historia comienza con Rosie, quien llevaba una noche sin dormir debido a su emoción por un viaje a Croacia para reunirse con sus padres. Después de su reciente ruptura con su novio, había estado experimentando problemas para conciliar el sueño, pero inexplicablemente se sentía eufórica.
En medio de la noche, Rosie decidió salir a correr por las calles de Londres, llegando al aeropuerto por la mañana con la sensación de estar en un sueño. En su estado de hiperalerta, besó a un extraño en un café, cometió robos en tiendas y compartió desayuno con extraños en un restaurante McDonald's.
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Sin embargo, al llamar a su madre desde el aeropuerto, Rosie se dio cuenta de que su ilusión se había roto y se sumió en una intensa sensación de pánico. Rosi había creído que todo era un sueño. En un intento desesperado por escapar de esa realidad, Rosie saltó sobre la zona de recolección de equipaje del aeropuerto y activó la alarma de incendios.
Las alarmas resonaron y la policía acudió rápidamente al lugar mientras se evacuaba el aeropuerto. Una vez detenida, los agentes se dieron cuenta de que Rosie necesitaba atención médica y que estaba experimentando alucinaciones. Aunque su presencia podría haber sido aterradora, Rosie sintió un extraño alivio al recibir ayuda.
Este incidente marcó un punto de inflexión en la vida de Rosie, quien había estado luchando con sentimientos extremos y reacciones exageradas durante mucho tiempo. Los eventos insignificantes desencadenaban depresiones inexplicables, y reacciones intensas ante situaciones cotidianas que la desconcertaban.
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A pesar de haber buscado ayuda médica anteriormente, Rosie no había logrado articular adecuadamente lo que estaba experimentando, y el apoyo recibido no fue suficiente. Fue su rompimiento con su novio lo que indicó claramente que algo no estaba bien, ya que su reacción no fue la esperada.
Después del incidente en el aeropuerto, Rosie fue llevada a urgencias y pasó 24 horas en observación. Fue en ese momento que se le diagnosticó el trastorno bipolar tipo 1, que se caracteriza por episodios de euforia extrema, conocidos como manía, y períodos de depresión.
Desde su diagnóstico, Rosie ha estado aprendiendo a manejar su condición. Sigue un régimen de medicación riguroso y ha adoptado cambios en su estilo de vida, como una alimentación saludable, ejercicio regular y una buena rutina de sueño. Correr se ha convertido en una forma de liberar energía acumulada y encontrar estabilidad mental.
La historia de Rosie Viva es un testimonio inspirador de resiliencia y aceptación en la lucha contra el trastorno bipolar. A través de su valentía al compartir su experiencia, Rosie espera generar conciencia y brindar apoyo a quienes también se enfrentan a desafíos similares en su vida diaria. Síguenos en Google News para recibir más información.