- 13 de septiembre de 2024
En su análisis, la revista destaca la discrepancia entre la publicidad que muestra un racimo de uvas y la realidad del producto, que, según señalan, carece por completo de este ingrediente natural.

La alerta de la Revista Poder del Consumidor sobre la Gelatina D'Gari sabor Uva ha sacudido las preocupaciones sobre la salud pública. ¿El motivo? Señalan que este popular producto puede tener consecuencias adversas, incluido un posible riesgo de cáncer.
En su análisis, la revista destaca la discrepancia entre la publicidad que muestra un racimo de uvas y la realidad del producto, que, según señalan, carece por completo de este ingrediente natural.
En su lugar, está repleto de colorantes y sabores artificiales que podrían impactar negativamente en los niños, uno de los grupos más frecuentes en su consumo. El foco de atención se dirige hacia la eritrosina, un colorante utilizado para emular el sabor y color de la uva.

Sin embargo, la revista lo etiqueta como "colorante cancerígeno", subrayando sus posibles riesgos para la salud, incluyendo efectos alérgicos e impactos neuronales, especialmente en los más pequeños.
El reporte de la Revista Poder del Consumidor recomienda moderar el consumo de esta gelatina, no solo por su alto contenido de azúcar, visible en el empaque, sino también por los aditivos presentes en su composición. Como alternativa, sugieren optar por gelatinas con sabores naturales de uva.
¿Qué es la eritosina?
La eritrosina, conocida también como "colorante rojo", se emplea en la preparación de diversos alimentos y bebidas, especialmente en productos lácteos como yogurt, queso, helados, crema o leche. Sin embargo, organismos como la FDA han señalado que este colorante no ha pasado los estándares necesarios para su certificación, lo que plantea cuestionamientos sobre su seguridad para el consumo humano.
Las pruebas realizadas sobre este colorante artificial han revelado posibles efectos como fotosensibilidad y preocupaciones sobre su potencial cancerígeno. Aunque se menciona la posibilidad de daños neuronales, como el trastorno de déficit de atención (TDAH), estas afirmaciones aún no han sido completamente verificadas.
