- 13 de septiembre de 2024
Ya sea cada que ocurre un sismo o cuando se vive un momento fuerte, los capitalinos recurren al tradicional pan o comparten memes respecto al mismo; lo que parece un mito arraigado en el folclor del mexicano, en realidad cuenta con una base científica y hasta existen estudios al respecto.

Luego de cualquier desastre natural o situación de riesgo, es bastante común el escuchar lo de comerse "un bolillo pa'l susto", o en su defecto compartir memes del remedio que tienen miles de personas para curarse del espanto. Pero lejos de ser una leyenda urbana, tiene una base científica.
A la pregunta, ¿sirve comerse un bolillo para aminorar el miedo? La respuesta es sí. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con diferentes materiales que explican las bondades de este pan surgido a inicios del siglo XX.

Cuando una persona se asusta, comienza a segregar dos sustancias llamadas adrenalina y cortisol, las cuales ocasionan que se acelere el ritmo cardiaco; además de que aumentan los niveles de glucosa, mientras que el estómago empieza a segregar jugos gástricos.
Pues bien, un bolillo ayuda a restablecer los niveles de glucosa, además de que se convertirá en un aliado contra los jugos gástricos -que pueden ocasionar gastritis o úlceras- ya que servirá como una base para proteger al estómago.
Eso sí, la UNAM hace énfasis en que este mismo efecto se puede causar con otros alimentos, siempre y cuando no resulten dañinos para la mucosa del estómago, ya sea comida picante o frita, las cuales ocasionarán lo contrario.
El Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes asegura que comer un bolillo es similar a consumir tres tortillas; el tradicional pan es hecho con los siguientes ingredientes: harina de trigo, levaduras, agua y sal.