- 13 de septiembre de 2024
En México, según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT 2016 - 2017), 71 por ciento de la población de 12 a 65 años ha consumido alcohol alguna vez en su vida.

Daniel padeció alcoholismo por varios meses. Las últimas semanas el problema se intensificó al grado de que su familia no tuvo más opción que ingresarlo a un presunto centro de rehabilitación donde fue víctima de prácticas abusivas.
Irritabilidad, alucinaciones, miedo, preocupación y delirio de persecución fueron los sentimientos que comenzaron embargar a Daniel por consumir alcohol, según contó a Quinto Poder el hombre de 55 años.
Sus nietos e hijas, con quienes comparte hogar, llegaron al punto de temer por su propia vida y por la de Daniel.
Debido a que no contaban con suficientes recursos para ingresarlo a un lugar "de prestigio" y ante la desesperación de encontrar una solución, sin saberlo, la familia depositó su confianza en manos de hombres que son acusados de agredir a personas en un 'anexo', como popularmente se le conoce a establecimientos donde presuntamente se atienen las adicciones pero, en gran parte de los casos, los pacientes son víctimas de malos tratos y hasta violaciones a sus derechos humanos.
Este 'anexo' se hace llamar "Gente Nueva. Centro de Rehabilitación de la Zona Oriente". Se dicen avalados por autoridades de salud; sin embargo, Quinto Poder consultó el directorio de establecimientos residenciales de atención a las adicciones -autorizados por la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC)- y dicho centro no se encuentra en la lista.
Se ubica en la colonia San Lorenzo, municipio de Chimalhuacán, Estado de México, según detalla la familia de Daniel, quienes por temor a represalias, decidieron omitir el nombre del dueño del lugar.

Leticia, hija de Daniel, contó a Quinto Poder que el dueño del centro en ocasiones se presentaba ebrio o drogado frente a las personas en rehabilitación e incluso retó a golpes en diversas ocasiones a las personas que permanecían en el lugar con la esperanza de superar su adicción.
"Hoy tengo ganas de darme en la madre con alguien", les decía a hombres y mujeres por igual.
Daniel cuenta que todos preferían agachar la cabeza para evitar la confrontación. Sin embargo, el sujeto se acercaba a ellos, los levantaba de la silla y en ocasiones les golpeaba el pecho con la palma de la mano.
Daniel dormía en un colchón en el piso de un pequeño cuarto, en ocasiones pasaba frío pero "no tenía permiso de quejarme", asegura.
La comida diaria de Daniel era hígado apenas cocido o lentejas que parecían "agua de drenaje".
No se le suministraba ningún medicamento pese a que el hombre padece hipertensión. Esto aún cuando Leticia pagaba 800 pesos semanales y se le solicitaba una dosis de fármacos cómo vitaminas (tribedoce) o inhibidores de la bomba de protones (omeprazol).
Cuando la familia acudía a visitar a Daniel, un hombre del centro permanecía con ellos en todo momento para posteriormente informar al dueño si el paciente había revelado o no detalles sobre el trato que recibía en el lugar.
Y es que el hombre también era obligado a realizar labores de aseo u oficios que generaran algún beneficio al lugar.
El día que Leticia notó en su padre una actitud temerosa y vio su salud deteriorada, decidió sacarlo de este lugar.
Al salir Daniel reveló lo vivido al interior de esta casa; sin embargo, el temor les impidió presentar una denuncia formal.

La importancia de recibir atención especializada
El doctor y profesor de la División de Investigación y Posgrado FESI de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), César Carrascoza Venegas, detalla que las consecuencias emocionales de recibir agresiones en un centro de rehabilitación pueden marcar la vida de una persona, de ahí la importancia de buscar un sitio avalado por instituciones de salud donde se garantice el respeto de los derechos humanos.
"Lo primero que debe saberse es que en la clínica existe personal capacitado en el campo de las adicciones, ya que la terapia debe ser una basada en la evidencia científica", detalló el especialista a Quinto Poder.
Añadió que en los centros conocidos como "anexos" hay una carencia de conocimientos, falta de higiene y los derechos humanos son violados constantemente.
"Sin el tratamiento adecuado la persona sometida a un trato violento reaccionará de manera violenta o se someterá, pero en cuanto tenga la posibilidad de consumir (la sustancia o droga que lo llevó a este lugar) lo hará nuevamente", expresó Carrascoza Venegas.
¿Cuándo buscar ayuda?
En entrevista con Quinto Poder la doctora Lydia Barragán Torres, jefa del Centro de Prevención en Adicciones Dr. Héctor Ayala, de la UNAM, destaca la importancia de que la persona que sufre una adicción decida por sí misma si desea buscar atención especializada o no.
"Cuando la persona es quien decide asistir, es la persona quien va a contribuir para que le sea de utilidad el apoyo al cual recurre. No se trata nada más de que asista porque el familiar así lo quiere", destacó la especialista.

Barragán Torres detalla que cuando el consumo de alcohol afecta las relaciones familiares y laborales, es momento de pedir ayuda.
"Si por consumir alcohol la persona no puede dormir, se siente decaÍdo, se afecta el estado de ánimo, se siente inquieto, desesperado, irritable, molesto, sufre depresión o ansiedad; si se le dificulta cumplir con sus responsabilidades o incluso se ve afectada su alimentación, es momento de que pida apoyo urgente".
"¿Hasta dónde me ha afectado mi alcoholismo?" es la pregunta que debe hacerse una persona que presenta adicción, asegura la doctora. Y añade que a través del diálogo, la familia puede contribuir a que la persona que sufre alcoholismo decida buscar atención especializada.

¿Cómo identificar un centro de rehabilitación avalado por autoridades sanitarias?
Ambos especialistas coinciden en que un centro de rehabilitación legal contará con médicos y psicólogos especializados en el tema de adicciones. Además, deberá cumplir con los siguientes puntos:
- La persona que busca ayuda y su familia deben platicar con quienes dan el servicio y con quienes lo reciben, esto permitirá identificar si hay un trato profesional y de respeto.
- El centro también debe brindar atención psicológica a los familiares, "por su propio bienestar, porque es una problemática que también los afecta y el tener dificultad en cómo manejar estas situaciones también contribuye a que el problema del consumo crezca", detalla Barragán Torres.
- No se debe hablar de un "internamiento" de manera inmediata. Un centro especializado primero realizará una evaluación del nivel de intensidad de la problemática. Es decir, hay varios tipos de intervención, como lo son: un consejo breve, intervención de varias sesiones psicológicas o un tratamiento residencial (cuando la persona debe permanecer recluida por varios días).
Un centro legal dará herramientas psicológicas sobre cómo resolver los problemas, manejar las emociones y procurar sus metas en la vida diaria. Y es que en ocasiones el "internar" a alguien en un anexo, lejos de favorecer a su recuperación, perjudica su vida.

La Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) tiene un directorio de establecimientos residenciales de atención a las adicciones registrados en todas las entidades del país. Lo puedes consultar aquí.
Estos establecimientos cumplen con lo dispuesto en la Norma Oficial NOM-028-SSA2-2009, la cual establece las características con las que tiene que contar cada centro y la atención que debe brindar a la población.
Por otro lado, la Facultad de Psicología de la UNAM cuenta con el Centro de Prevención en Adicciones Dr. Héctor Ayala, el cual brinda atención gratuita a toda la población. Desde el número 5550250855 (de 9:00 a 19:00) se puede otorgar desde una intervención breve hasta la canalización a un tratamiento prolongado con especialistas de la universidad.