- 13 de septiembre de 2024
Investigadores de todo el mundo han analizado los riesgos y beneficios de volver a las aulas en tiempos de COVID-19

El regreso a la escuela es solo uno de los pasos que anuncian el tan esperado final de la pandemia, al menos de como la hemos vivido hasta ahora.
Pero ¿es seguro volver a clases presenciales? Esto es lo que científicos han observado en otros países.
1. No hay una respuesta correcta; se debe considerar cada situación
Abrir o cerrar las escuelas, por sí mismo, no causará ni detendrá una pandemia. La decisión se debe tomar considerando las medidas extraescolares y la tasa de contagio en cada periodo, según una investigación de científicos en Holanda, publicada en marzo de 2021 en la revista Nature.
Las escuelas cerraron en Holanda en la primavera de 2020 y reabrieron hasta finales de agosto. En diciembre volvieron a cerrar, como parte de múltiples medidas de control.
Utilizando modelos matemáticos, los investigadores demostraron que mantener las escuelas cerradas después del verano en 2020 en ese país, sin tomar otras medidas, no habría prevenido la segunda ola que llegó en otoño de 2020. Sin embargo, cerrar las escuelas en noviembre de 2020 sí podría haber reducido la tasa de contagio, incluso sin cambiar los otros comportamientos sociales en ese momento.
Los investigadores apuntaron que, si se toman medidas para reducir los contagios fuera de la escuela y la tasa de contagio está controlada, "el beneficio adicional de las medidas basadas en la escuela puede ser considerable, particularmente en los niños de mayor edad".

2. El riesgo se puede reducir con precauciones
"Aunque la educación presencial impone algunos riesgos de transmisión de COVID-19, los resultados de un modelo de simulación indican que este riesgo puede reducirse con precauciones adecuadas, particularmente en escuelas primarias cuando la transmisión está bien controlada", afirma un estudio del Colegio Americano de Médicos, publicado este 8 de junio en la revista científica Annals of Internal Medicine.
La publicación recomienda que en las escuelas se sigan las medidas de distanciamiento y uso de cubrebocas.
Además, se recomienda que el personal escolar sea vacunado, con el fin de reducir el riesgo.
Agregaron que hacer pruebas regularmente puede mejorar estos datos y aumentar la prevención al detectar casos de manera temprana.
3. Los cubrebocas pasan el examen
Es Estados Unidos se analizaron dos escuelas abiertas durante un semestre a partir de otoño de 2020. En ambas se instauraron medidas de distancia social, uso de cubrebocas, ventilación y filtro de aire, además de rastreo de contactos en casos de contagio.
En ambas escuelas se presentaron casos de contagio intraescolar, pero el 72% de estos contagios se relacionaron con momentos en los que las personas se quitaron el cubrebocas.
Además, hubo más positivos a las pruebas anticovid cuando los niños habían tenido puentes, vacaciones o fiestas extraescolares, lo que indica que se habían contagiado fuera, no dentro, de la escuela, según el estudio, publicado en la revista Journal of School Health.

4. La educación presencial es mejor, siempre que la seguridad lo permita
La Organización Mundial de la Salud indica que el cierre de las escuelas tiene un efecto negativo en la salud, la educación y el desarrollo infantil, así como en los ingresos familiares y en la economía en general.
Algunos beneficios de la reapertura, listados por la Organización, incluyen bienestar social y psicológico; reducción del riesgo de abandono escolar y permitir que los padres trabajen.
Algunos estudios han señalado que el aislamiento provocado por la pandemia podría tener consecuencias para la salud mental de los niños en el futuro.
Si dudas sobre enviar a tu hijo a clases porque temes que pueda contagiar a otros miembros de la familia, puedes revisar esta Lista de verificación de riesgos del hogar, elaborada por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Está diseñado para ayudar a tomar decisiones prácticas.
5. A menor edad, menor riesgo
Diversos estudios han demostrado que los niños de kínder y primaria tienen menos probabilidad de contagiarse y contagiar a otras personas del virus que provoca la covid-19, en comparación con niños de secundaria y preparatoria.
Desde los meses de confinamiento se pensó que los niños podrían ser portadores asintomáticos. Sin embargo, en países como Islandia, Italia y Corea del Sur se han hecho pruebas masivas y rastreos de contacto también en niños, dando como resultado que no se trata solo de una ausencia de síntomas, sino que los menores también tienen tasas de contagio más bajas, en comparación con los adultos. Esto aplica especialmente a los menores de 10 años.
"Múltiples evidencias sugieren que los niños más pequeños podrían tener un papel menor en las dinámicas de transmisión de covid-19, en comparación con los adolescentes", indica el estudio Modelando protocolos seguros para reabrir las escuelas durante la pandemia de covid-19 en Francia, publicado en febrero de 2021 en la revista Nature.
Es verdad que los niños en la escuela suelen acercarse y tocarse más que los adultos en sus trabajos, sin embargo, es positivo el indicador de que también podrían tener menos riesgo de contagio.