- 24 de septiembre de 2025
José Luis sufrió quemaduras de segundo grado tras el incendio de una pipa de gas en el Puente de la Concordia; hoy agradece una nueva oportunidad de vida.

El pasado 10 de septiembre, la tranquilidad de cientos de personas que circulaban por el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, se rompió con la explosión de una pipa de Gas LP. Entre las víctimas de ese accidente se encuentra José Luis Cervantes, un joven de 31 años que vivió lo que describe como un verdadero infierno: el calor insoportable de las llamas que alcanzaron su automóvil y lo dejaron con quemaduras de segundo grado.
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Hoy, tras recibir el alta médica, José Luis comparte su testimonio con un solo mensaje: la vida le dio una segunda oportunidad.
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"Sentí que iba a morir"
"Sentí que iba a morir porque cuando estaba tirado en el suelo, sentí un calor insoportable. Eran temperaturas muy altas y yo lo único que quería era que todo terminara", narró Cervantes tras abandonar el Hospital Rubén Leñero, donde permaneció varios días bajo tratamiento.
José Luis relató que aquel día se dirigía a su barbería, ubicada en Nezahualcóyotl, Estado de México. Circulaba por el Distribuidor Vial La Concordia cuando la explosión alcanzó su vehículo. Las llamas lo envolvieron en segundos, provocándole graves lesiones en los brazos, la espalda y una de sus orejas.
En un video compartido en sus redes sociales apenas horas después de sobrevivir, describió la magnitud de lo ocurrido: "Es horrible de verdad. Lo que acaba de pasar aquí en Zaragoza... hubo una explosión, dejé el carro y vi cómo las llamas empezaron a quemarme. Es una experiencia que no se la deseo a nadie".
El proceso médico y la recuperación
Tras el accidente, José Luis fue trasladado al Hospital General de Balbuena, donde permaneció dos días antes de ser referido al Hospital General Rubén Leñero. Ahí recibió atención especializada para tratar sus quemaduras.
Los médicos realizaron un aseo quirúrgico en ambos brazos y colocaron apósitos de plata, una técnica que ayuda a reducir la carga biológica en la piel, prevenir infecciones y favorecer la cicatrización.
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El 14 de septiembre, apenas cuatro días después del accidente, pudo recibir el alta hospitalaria. Aunque aún debe seguir un proceso de recuperación, los especialistas le aseguraron que sus heridas cicatrizarán satisfactoriamente, aunque su piel podría presentar variaciones en su textura y apariencia.
"Me dijeron que sí se iba a regenerar y que iba a quedar, no creo que normal, pero iba a quedar bien. Lo importante es que no voy a tener la piel tan delgada", explicó.
De regreso en casa, José Luis intenta retomar poco a poco su rutina. Puede volver a cortar cabello y conducir su auto, pero admite que algunas actividades físicas todavía le generan dolor y limitaciones.
"Sí siento la tensión en los dedos cuando los muevo, siento como el movimiento interno. Lo siento limitado y duele, aunque lo puedo hacer, duele un poco", compartió.
Pese a las molestias, su fortaleza lo impulsa a continuar con sus planes de vida. Asegura que esta experiencia lo hizo reflexionar sobre la fragilidad de la existencia y lo afortunado que es por estar vivo. Durante su estancia en el hospital, vio a personas que luchaban entre la vida y la muerte, lo que reforzó su gratitud.
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