- 14 de septiembre de 2025
Armando perdió a tres compañeros bajo el puente de La Concordia; cuenta cómo su perro lo alejó de la zona segundos antes de la explosión.

La tarde del 10 de septiembre, el rugido de una pipa que explotó bajo el Distribuidor Vial La Concordia en Iztapalapa se llevó consigo autos, camiones, puestos de comida y la vida de más de una decena de personas. Entre las víctimas había también quienes dormían bajo el puente, invisibles para la ciudad hasta que el fuego los alcanzó.
Armando, un joven en situación de calle, fue uno de los pocos que salió con vida. Lo salvó su perro. "Mi único amigo que me quedó es mi perro, trato de sobrevivir, darle de comer, comprar lo indispensable, como agua o croquetas", contó a Eva María Beristain para su canal de YouTube Ruido Social.
El aviso de su perro
Minutos antes de la explosión, el animal comenzó a ladrar y a jalar la cuerda con desesperación hasta soltarse. Armando corrió tras él. Esa persecución lo alejó unos metros de su "casita", como llama a las cobijas que compartía con cinco compañeros.
Cuando alcanzó al perro en un puesto de tacos, estalló la pipa. "Cuando me quise acercar estaban todos quemados. Salía la gente quemada por todos lados", recuerda entre sollozos.
Tres de sus amigos murieron ahí mismo. Otros dos fueron llevados graves al hospital. Ninguno tenía papeles ni familiares cerca que pudieran reclamar su nombre en las listas oficiales.

Una familia rota
"Éramos seis. Aquí estaban mi casita y mis amigos. Hacíamos nuestra convivencia para comer y dormir", dice Armando. El más joven tenía 17 años. Otro rondaba los 28 y uno más pasaba de los 35. Se cuidaban entre ellos, compartían lo poco que conseguían y, por momentos, lograban sentirse en familia.
Después de la tragedia, Armando intentó entrar al hospital para ver a los heridos. No lo dejaron. No es pariente, no aparece en ningún registro. "Ellos ya hicieron su vida, prefiero no ser una molestia para nadie", explica sobre su familia biológica, con la que apenas guarda contacto.
Te puede interesar: Revelan la causa exacta de la explosión de pipa en Iztapalapa

Lo único que queda
El fuego arrasó con el rincón donde dormía el grupo. De lo que era su refugio, apenas quedan cenizas y un altar improvisado con una veladora, una rosa y botellas de agua.
Armando ahora anda con su perro, que es su único sostén tras el desastre. "A veces, si platico con mi perro, pueden pensar que estoy loco. Pero es mi única compañía y no tengo con quién más hablar. Sacar lo que uno siente ayuda, aunque sea a solas".
Síguenos en WHATSAPP y suscríbete a nuestro NEWSLETTER para continuar siempre informado.
Notas Relacionadas
3