- 15 de julio de 2025
La hija de 12 años presenció cómo un hombre asesinó a su madre, Carla Bañuelos, con un fusil en plena calle.

Carla Bañuelos tenía 28 años. Fue asesinada con un fusil frente a su casa, en la colonia Balcones de Oblatos, en Jalisco. La escena fue atroz: su hija, una menor de 12 años, presenció el ataque. Desde entonces, permanece en estado de shock. La pequeña será atendida por especialistas, pero su entorno reconoce que difícilmente podrá olvidar lo que vivió: la ejecución de su madre a plena luz del día.
El silencio por miedo
Tras el crimen, medios locales acudieron al lugar para recabar testimonios. Pero la mayoría de los vecinos se negó a hablar. "Es una lacra", dijo uno de ellos con voz baja, al referirse al presunto agresor. Otros señalaron que tanto él como su familia estarían ligados al crimen organizado. Esa posibilidad ha sembrado el miedo: temen represalias, aunque algunos fueron testigos de la discusión previa al asesinato.

"No tenía nada con él": denuncian acoso y revictimización
Amigos y familiares de Carla niegan tajantemente que haya tenido una relación con su agresor. Por el contrario, aseguran que ella rechazó varias veces sus intentos de acercamiento, pues sabía que era una persona peligrosa. Aun así, en redes sociales comenzaron a circular comentarios responsabilizándola de su muerte, tras difundirse que golpeó la camioneta del sujeto antes del ataque.
Frente a esa narrativa, las personas cercanas a Carla piden un alto a la revictimización: "Carla no tenía ningún vínculo amoroso con él", insisten. Y exigen que el foco no esté en la conducta de la víctima, sino en la violencia del perpetrador.
La Fiscalía de Jalisco confirmó que ya fue localizada la camioneta en la que huyó el agresor. También reveló que el arma utilizada en el feminicidio no es de uso común. El gobernador Pablo Lemus declaró que están "muy cerca" de capturarlo, aunque evitó dar detalles para no afectar la investigación.
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La familia de Carla no sólo pide la pronta detención del feminicida. También exige justicia sin estigmas, sin narrativas que señalen a la víctima.
En un país donde cada día se asesinan a más de diez mujeres, sus seres queridos no están dispuestos a dejar que el miedo, el silencio o las redes sociales entierren la verdad: Carla fue asesinada. Su hija lo vio todo. Y no pararán hasta que el responsable pague por ello.
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