"NO ME ATRAPARÁN NUNCA"
La llamada que salvó a Iván Archivaldo de ser capturado
Una conversación telefónica con su primo El Gabacho permitió al hijo de El Chapo escapar por un túnel en Culiacán antes de ser detenido por las Fuerzas Armadas.
Por poco y cae. La noche del 20 de febrero de 2025, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los líderes visibles de Los Chapitos y heredero del Cártel de Sinaloa, logró evadir una operación federal en su contra gracias a una llamada clave: su primo Jaziel Abdiel Guzmán Araujo, alias ´El Gabacho´, lo alertó a tiempo. La advertencia le permitió ejecutar un plan de escape al más puro estilo de su padre, Joaquín ´El Chapo´ Guzmán.
La operación se llevó a cabo en la sindicatura de Tierra Blanca, al norte de Culiacán, Sinaloa. De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el objetivo principal no era capturar a Guzmán Salazar. Sin embargo, "por golpe de suerte" las fuerzas armadas se acercaron peligrosamente al sitio donde se encontraba el capo, lo que estuvo a punto de convertirse en una detención histórica para el gobierno mexicano.
El túnel, la herencia del Chapo
Según el periodista especializado José Luis Montenegro, Iván Archivaldo se refugió en una casa aparentemente común, donde ya tenía preparado un túnel oculto en el baño. Este conducto conectaba con una vivienda desocupada cercana. El escape recuerda inevitablemente al que protagonizó su padre en 2015, cuando ´El Chapo´ huyó del penal del Altiplano a través de un túnel de 1.5 kilómetros construido desde su celda.
En esta ocasión, el túnel por el que escapó Iván estaba iluminado y listo desde días antes. Una vez fuera, fue recogido en un automóvil con vidrios polarizados y escoltado por hombres fuertemente armados con fusiles y granadas. A su lado iba su escolta y hombre de confianza: Eric Bastidas, alias ´El 09´.
Una traición calculada
Mientras Iván escapaba, dos de sus colaboradores más cercanos fueron detenidos por los elementos federales: José Ángel Canobbio Inzunza, conocido como ´El Guerito´, y Kevin Alonso Gil, alias ´El 200´. Según informes extraoficiales, fue el propio Iván quien ordenó entregar a Kevin como distracción, con el objetivo de ganar tiempo y facilitar su huida.
La clave de la fuga fue la advertencia de su primo, Jaziel Guzmán, hijo de Aureliano Guzmán Loera, ´El Guano´. A través de una llamada interceptada y divulgada posteriormente por la periodista Azucena Uresti, se supo que ´El Gabacho´ recibió información directa de la Sedena y alertó a su primo con tiempo suficiente.
La llamada que cambió todo
La conversación, breve pero crucial, reveló la confianza y la estructura familiar que aún sostiene a Los Chapitos. A continuación, el fragmento revelado:
—´Gabacho´: Me llegó una información de la Sedena, que te andan buscando por esos lados donde andas. Así que vete de ahí ya mismo o dime cómo puedo ayudarte desde acá.
—Iván: No se preocupe, Gabacho. Yo tengo un plan, así que esos culeros no me atraparán ni hoy ni nunca.
—´Gabacho´: Está bien primo, estaré pendiente por si ocupas cualquier cosa.
—Iván: Listo, pendiente.
Media hora después, Iván llamó de nuevo. Necesitaba refuerzos.
—Iván: Jaziel, necesito tu ayuda. En estos momentos no confío en nadie que no sea mi familia, me encuentro saliendo por el camino que nos gusta (el túnel).
—´Gabacho´: Entiendo, primo. No se preocupe, ya mismo le mando unos amigos para que le ayuden con ese asunto. Espéranos donde doña July.
—Iván: Listo, Gabacho. Los espero.
La cacería continúa
Hoy, Iván Archivaldo sigue libre. A sus 41 años, es considerado uno de los principales traficantes de fentanilo por las autoridades de Estados Unidos. La DEA ofrece 10 millones de dólares por información que lleve a su captura. Junto a su hermano Alfredo Guzmán Salazar, lidera una de las células más poderosas y violentas del Cártel de Sinaloa.
La llamada que lo salvó confirma que, lejos de estar debilitado, el clan Guzmán mantiene una estructura de protección familiar que les permite seguir burlando a las autoridades mexicanas y extranjeras. Como dijo Iván en aquella noche crítica: "no me atraparán ni hoy ni nunca".
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