- 23 de mayo de 2025
Adrián fue interceptado por un grupo de asaltantes que, al no encontrar nada que robarle, lo apuñalaron hasta matarlo en Valle de Chalco.

Adrián tenía 31 años, dos hijos y un oficio que lo obligaba a madrugar. Como cada día, salió de su casa en Valle de Chalco durante la madrugada del 5 de abril. Caminó hacia la tienda de la esquina para fumar un cigarro antes de dirigirse al trabajo como albañil. No llevaba su mochila ni su teléfono; ese día, como muchos otros, lo dejó todo en casa.
Pero esa mañana no terminó como las demás. De regreso a casa, fue interceptado por un bicitaxi del que descendieron cuatro hombres. Iban por dinero o un celular. Como Adrián no traía nada, lo apuñalaron en el pecho. Intentó volver a casa por ayuda, pero no lo logró: murió en el camino.

Lo mataron por no tener nada
"No llevaba nada, había dejado su mochila, y en ella traía su teléfono, identificación, cartera...", relató su esposa en entrevista con Imagen Televisión. Esa ausencia de objetos de valor fue su condena. La violencia fue desmedida, absurda. Lo atacaron con tal saña que ni siquiera pudieron justificar el crimen bajo el argumento del robo exitoso. Simplemente lo mataron.
Horas después del asesinato, la familia de Adrián recibió información inquietante. Su esposa logró establecer contacto con un hombre que confesó haber participado en el crimen. Le escribió y le envió una conversación donde otro implicado admitía el motivo del ataque: "solamente iban por 300 pesos o un teléfono porque era lo que ocupaban". Nada más. Nada que Adrián pudiera ofrecer.
La esposa del joven fue tajante: "No mataron a un animal, mataron a una persona que tenía esposa e hijos". El dolor de esa pérdida atraviesa cada palabra.

Un crimen grabado, un barrio en silencio
En los videos de seguridad se ve a Adrián caminando con las manos en los bolsillos. La motocicleta lo intercepta y lo rodean. No opone resistencia. No tiene con qué. Según relató Jenny, su prima, esa era una rutina conocida: "Hay una tienda cerca que cierra muy tarde, entonces por lo general salía por un cigarro, se lo fumaba y se iba a trabajar". Ese hábito le costó la vida.
"No llevaba dinero, dejó la cartera y el celular, la Policía nos dice que fue un robo y probablemente como no llevaba nada por eso lo picaron", agregó Jenny.
Adrián no fue víctima de un asalto que salió mal. Fue víctima de una violencia que ya no necesita excusas. El hecho de que no tuviera un celular ni 300 pesos bastó para que lo asesinaran a puñaladas en plena vía pública. Hasta el momento, no se ha confirmado la detención de los responsables.
En Valle de Chalco, la vida de un hombre trabajador, esposo y padre de dos niños fue truncada por la codicia y la impunidad. Su muerte no fue una excepción: fue el reflejo de una cotidianidad rota, en la que salir a comprar un cigarro puede costarte la vida.
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