El haberse contagiado COVID-19 puede tener consecuencias a largo plazo, como padecer Parkinson o Alzheimer.
Una investigación publicada en la revista The Lancet reveló que las personas que tuvieron problemas con el olfato a causa del COVID-19 serían más susceptibles a padecer trastornos neurodegenerativos.
"Postulamos que, en las personas que se han recuperado de COVID-19, un déficit olfativo crónico, recrudescente o permanente podría ser un pronóstico de una mayor probabilidad de secuelas neurológicas o trastornos neurodegenerativos a largo plazo", escribieron.
¿Cuáles son los trastornos neurodegenerativos?
En el Instituto Nacional del Cáncer explican cuáles son los trastornos neurodegenerativos más comunes.
"Entre los ejemplos de trastornos neurodegenerativos se incluyen la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson", informaron.
El que las personas que se contagiaron de COVID-19 hayan padecido del olfato, es un síntoma que podría predisponerlos a que en el futuro padezcan dichas enfermedades.
"El deterioro olfativo persistente con o sin distorsiones de la percepción (es decir, parosmias o fantosmias) después de la infección por SARS-CoV-2 podría, por lo tanto, servir como marcador para identificar a las personas con un mayor riesgo a largo plazo de enfermedad neurológica", agregaron en la publicación de The Lancet.
De acuerdo con un boletín de Medical News Today, el COVID-19 causa complicaciones neurológicas en hasta 85 por ciento de los pacientes. Una de las más comunes es la anosmia o pérdida del sentido del olfato, que también es un signo temprano del Parkinson.
Los estudios sobre las secuelas que puede dejar el COVID-19 en las personas que se contagian aún están en curso, sin embargo, con las muestras tomadas por los investigadores se vislumbran esos escenarios.
"La disfunción olfativa posvírica puede verse como un déficit neurológico focal en pacientes con COVID-19", agregaron.