Antes de asumir como presidente de México, en octubre de 2018, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) canceló las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), proyecto insignia del sexenio de Enrique Peña Nieto (EPN) y que se ubicaría en el lecho del Lago de Texcoco.
Esta cancelación hizo que el Gobierno de México, ya bajo el mandato de López Obrador, tuviera que pagar hasta 71 mil millones de pesos en compensaciones. Como solución, se propuso modificar la base áerea de Santa Lucía y habilitarla como aeropuerto comercial. En abril de 2019, AMLO puso la primera piedra.
A un año y nueve meses, el titular del Ejecutivo anunció que este 10 de febrero aterrizarán los primeros aviones militares y comerciales en las pistas ya edificadas de la nueva terminal aérea, como parte de una "primera etapa" de inauguración y para celebrar el Día de la Fuerza Aérea Mexicana.
Mañana (10 de febrero) van a aterrizar ya en las nuevas pistas, aviones tanto de la fuerza aérea como aeronaves comerciales", destacó AMLO.
AMLO aprovechó para decir que no frenará las obras de su sexenio, como el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), a pesar de lo que digan sus contrincantes; en clara referencia a la carta publicada por Enrique Krauze, el pasado lunes 8 de febrero.
El mismo 8 de febrero, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció que las pistas central y norte están concluidas, únicamente faltarían detalles como la colocación de bases para el sistema de luces y aplicación de pintura para la señalización de la pista central.
Hasta enero de 2021, el AIFA presentaba un avance físico del 44 por ciento, mientras que el avance financiero apenas era del 33 por ciento. Se han invertido 17 mil 321 millones de pesos, de los 82 mil 136 mdp programados para la obra.
